“El desprestigio no viene de una profesión, sino de quien la practica.”

 “El jurista debe tomar como norma suprema de su conducta

no sólo la ley, sino también la moral y la justicia.” José Campillo.

 

Hoy en día los que ejercemos una profesión tan noble y con diversos valores humanos como es la abogacía nos enfrentamos al desprestigio de ésta gracias a aquellos abogados que no consideran en su práctica la ética y la moral en la búsqueda de la justicia.

En la búsqueda del bien común y considerando a la justicia como valor dominante entre aquellos que el Derecho aspira a realizar, el abogado tiene la obligación de luchar contra aquello que es injusto y buscar su cambio.

Pero, ¿qué deben observar y exigir las empresas a la hora de elegir un abogado? ¿Que debemos hacer para cambiar el prestigio de la profesión?

¿Qué deben observar y exigir las empresas a la hora de elegir a un abogado?

La empresa debe buscar profesionistas o un despacho conformado por mujeres y/o hombres íntegros, honrados, leales y rectos en su conciencia y forma de actuar, debe buscar a quien tenga autoridad moral para defender y luchar por la justicia de quienes le encargan su defensa. El abogado debe ser tenaz y diligente en la defensa de los asuntos que se le confían.

Una empresa debe buscar abogados que no sólo sepan de leyes, sino que conozcan de negocios, toma de decisiones, riesgos y que se adentren en el giro del negocio. Es fundamental que se comprometan con la misión, visión y valores del cliente y que estén dispuestos a defender ese negocio como si fuese propio.

¿Que debemos hacer para cambiar el prestigio de la profesión?

 El abogado en todo momento tiene que mantener el honor y la dignidad en el servicio de la justicia. Debe ser claramente consciente de la dignidad de la función que realiza y de las responsabilidades que ella implica, desde el inicio de su preparación, la práctica y la toma de decisiones que envuelven cada momento de esta profesión.

Un abogado que carece de sentido humano no debería ser digo del ejercicio de la profesión de la abogacía. Está obligado a adentrarse en la viva realidad de lo social y lo humano; enfrentando todo tipo de situaciones, antecedentes, motivaciones de una conducta y fines que se pretenden alcanzar.

Debe estar en continua preparación pues la realidad social es cambiante. Si no estamos actualizados, si no conocemos el modelo de negocio o los fines que persiguen los negocios de nuestros clientes, seguramente prestaremos servicios que carezcan de profesionalismo, certeza y justicia. Es indispensable entender al Derecho como instrumento de todo abogado, quien debe de mantenerse al tanto continuamente de los cambios y modificaciones de las leyes y cuestiones que pudieran afectar a quienes nos encargan su defensa o protección.

En la búsqueda de la justicia, deberá reconocer el prestigio a su labor, siempre a un precio justo y de acuerdo a las necesidades de sus clientes.

La ética será sin duda el arma mas poderosa de todo abogado y de sus clientes, pues tomando en consideración todos los valores y virtudes que la caracterizan, envolverán al profesional dentro de lo íntegro y lo humano, cumpliendo siempre con el fin en la búsqueda de la justicia.

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