Los despachos y empresas de servicios de legaltech y legal design deberán buscar o están ya buscando herramientas para automatizar procesos contractuales para innovar, eficientizar y mitigar riesgos para lo cual la identidad digital será fundamental.

La transformación digital obliga a revolucionar los sistemas de verificación de identidad haciéndolos más sofisticados. Las tecnologías basadas en blockchain y los smarts contracts son ejemplo del uso de la identidad digital.

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Dimensiones de identidad

Las dimensiones de la identidad según el BM son: lo que es (ser), lo que sabe (saber), lo que tiene (tener) y lo que hace (hacer).

Tal como el Banco Mundial define la identidad de una persona, será esa combinación de elementos el futuro de los sistemas de verificación de identidad y de la identidad digital.

Ser: los datos personales y biométricos edad, género, dirección, huella dactilar, facciones, iris o voz. Incluye la geolocalización, el IP e incluso el número de celular.

Saber: implica algo que el usuario conoce como el PIN, código de seguridad, respuestas a preguntas concretas.

Tener: se refiere a poseer un objeto físico vinculado a la identidad de una persona, como los token, tarjetas de crédito, identificaciones como el pasaporte. Ahora, los smartphones son utilizados como llaves de acceso o formas de pago

Hacer: uno de los componentes más sofisticados y difíciles de copiar pues se retoman los datos de cómo una persona se mueve o se comporta.

Por ejemplo, un Smartphone podrá “comprobar” si el usuario es el dueño por cómo sostiene el teléfono o la forma en que presiona la pantalla. Se pone énfasis en movimientos, gestos, caligrafía, ritmo y velocidad.

Estos mecanismos de verificación dinámicos mejoran la experiencia de usuario y acentúan la protección de la privacidad. Además de que reduce el fallo de seguridad asociado al uso de contraseñas.

El desafío legal

Legalmente, el uso de estos datos requiere la evaluación de las regulaciones de protección de datos y a la privacidad.

Es necesario analizar los procesos de recoger datos, tratamiento y gestión de cada país para poder aplicarlos, seguramente será necesario adicionar normas en cada caso.

Hasta ahora el único país avanzado en materia de identidad digital es Estonia, sin embargo, los acelerados cambios tecnológicos harán que los Estados avancen en la materia y legislen en concordancia para la protección de los usuarios y evolucionar en la regulación del uso de datos sensibles.

Con información de The Technolawgist.

 

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