Resulta extraño, observar la evolución de la Reforma Laboral en “fast track” que se dio a principios del año pasado, no debemos olvidar que la iniciativa de reforma al artículo 123 Constitucional, se emitió desde febrero de 2017 y no fue hasta después de prácticamente dos años después que fue aprobada en su totalidad y verdaderamente se promovió su implementación, ¿por qué?, pues es menester recordar la amenaza lanzada por la líder demócrata de los Estados Unidos; Nancy Pelosi: “EE.UU no ratificaría el tratado si no veía auténtica voluntad y compromiso de parte de México para implementar la Reforma Laboral”, especialmente por lo que hace a los temas de negociación colectiva y representatividad sindical.

 

Actualizando; ¿qué esta sucediendo últimamente?, sabemos que el Presidente de la República contempla un viaje a los EE. UU., ¿tendrá este viaje objetivos del T-MEC?, lo cierto es que México cuenta con una serie de compromisos para que sea materializado el T-MEC y los aspectos laborales guardan una especial importancia, ya que instan a México a garantizar (entre otros detalles), la no intromisión patronal hacia las decisiones sindicales, el aseguramiento de la libertad de afiliación, el establecimiento de organismos autónomos encargados de dirimir y registrar asuntos colectivos y el establecimiento de tribunales laborales que funjan a través del poder Judicial y no el Ejecutivo. Y tal es la preocupación por obtener la anuencia de nuestro vecino del norte (se sugiere leer: Reforma Laboral: a las órdenes del T-MEC) que, a mediados de este mes, la STPS instó a Empresas y Sindicatos a cumplir con los requisitos de transparencia y democracia que exige la Reforma Laboral a efecto de evitar se promocionen paneles internacionales contra México por parte de EE.UU., casi de manera inmediata, posteriormente Robert Lightizer anunció que “estamos” listos para aplicar el mecanismo de respuesta rápida a denuncias instauradas por incumplimiento a la legislación laboral, refiriéndose obviamente a violaciones “cometidas” por México.

 

La STPS ha venido anunciando con bombos y platillos que se ha cumplido en su mayoría con la adecuación a la democratización de la vida sindical y seguramente así es, sin embargo, el detalle preocupante no reside en los sindicatos del ámbito Federal, cuyos giros, seguramente guardan relación comercial directa con EE. UU. (minería, automotriz, etc.), sino, en aquellos sindicatos de materia local, cuyo número es muy difícil de homologar y a quienes no distingue de aplicación la Reforma Laboral, ya que resulta anticipable pensar que algunos no han adecuado sus estatutos o en su caso, que muy seguramente encontrarán en la figura de la denuncia internacional, un mecanismo de extorsión hacia los patrones, ya que las sanciones arancelarias que puede producir una controversia de este ámbito puede impactar gravemente a la empresa, no solo en aspectos financieros, sino de imagen nacional y política, ya que la sanción puede ir enfocada a un producto en general y no solamente particularizada a un importador.

 

La pandemia que vivimos relajo mucho la continuidad de implementaciones relativas a la Reforma Laboral, pero el cronómetro político y económico continua su curso y se aproxima la hora de la definición, los patrones deben retomar la preparación de sus áreas de recursos humanos, no solo en los aspectos de seguridad e higiene, sino de relaciones laborales y prevención de conflictos.

 

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